El lateral del América, Miguel Layún, asume con madurez las facetas dentro y fuera de las canchas
La experiencia le da a Miguel Layún nervios de acero. Suficientes para encarar con el América el inicio de la Liguilla, mañana contra el Atlético de San Luis.
“Me siento cada vez más pleno, contento, me gusta sentir que mi tiempo tiene provecho”, dice a Excélsior.
Próximo a cumplir 35 años, en junio, Layún destaca su faceta de empresario como una necesidad de darle equilibrio personal.
“Si no lo hago, tengo tendencia a sentirme triste, desmotivado. Hoy, disfruto más el futbol porque lo estoy acompañado con lo que hago en mi tiempo libre, he encontrado un balance”.
LAYÚN DE PANTALÓN LARGO
En la baraja de proyectos, Miguel Layún se lanzó como copropietario del Cancún Waves, equipo profesional de pádel. Asegura, no para hacer negocio, sino para acercar a la juventud a otros deportes.
“Como atletas podemos tener una visión diferente. Involucrarme en una franquicia de la Pro Padel League me brinda la oportunidad de ver qué herramientas brindarle a nuestros atletas, a los niños y a los jóvenes; tengo la posibilidad de ayudar porque vivo en una industria con fundamentos sólidos”.
Como en el futbol, Layún comprende que no siempre se gana, pero asume los riesgos económicos, lección que aprendió con sus otros emprendimientos, como su equipo de eSports, ser socio de una marca de café soluble y una empresa de suplementos alimenticios.
“Invertir tiene su riesgo, con las personas adecuadas el riesgo disminuye. Al final de cuentas, terminas de jugar futbol a los 35 años y tienes que seguir manteniendo a tu familia”.